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Las inteligencias múltiples

La inteligencia, o la capacidad mental utilizada para razonar, resolver problemas, aprender y adaptarse ha sido siempre motivo de fascinación para el ser humano.

Tradicionalmente se ha considerado la inteligencia como una capacidad única, estable y fuertemente determinada por la herencia genética, pero recientes estudios han puesto en tela de juicio esta afirmación.

La teoría de las inteligencias múltiples (IM) inicialmente planteada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, afirma que la inteligencia es un conjunto de inteligencias perfectamente definidas. Además afirma también que la inteligencia es algo que cambia y se desarrolla en función de la propia gestión, de las experiencias y de la influencias recibidas por el entorno y, que por tanto, se puede potenciar y favorecer.

Por eso esta teoría a diferencia de la tradicional, no se centra en medir cuán inteligentes son las personas sino de qué forma son inteligentes.

Para descubrir de qué forma somos inteligentes basta con prestar atención a nuestras conductas, observar a qué dedicamos nuestro tiempo libre, con qué actividades y en qué entornos nos sentimos más cómodos, de qué forma procesamos la información y a qué tipo de recursos y habilidades solemos recurrir, etc.

Inteligencias múltiples

La teoría de las inteligencias múltiples habla de nueve tipos de inteligencia que aunque trabajan de manera conjunta, son independientes entre sí. Permite por tanto aprovechar al máximo las potencialidades de cada individuo y no condena al fracaso a quienes no destacan en habilidades lingüísticas o lógicas como hace el sistema académico actual.

VERBAL-LINGÜÍSTICA
Se encarga de la producción y recepción del lenguaje, los pensamientos simbólicos, la capacidad de leer y escribir, de contar historias… Se puede potenciar a través de juegos de palabras y lectura, debates, juegos de sinónimos y antónimos, crucigramas, estudio de idiomas…

LÓGICA-MATEMÁTICA
Responsable del trabajo con números y formas geométricas, permite resolver problemas aritméticos, juegos de estrategia, realizar experimentos… Podemos potenciarla a través de cálculos mentales, sudokus, o también sopesando las causas y consecuencias de nuestros actos o haciendo críticas constructivas.

CORPORAL
Es la capacidad para usar el cuerpo y expresarse con él. Es propia de todas las personas que se dedican a un trabajo físico que requiere precisión y arte como bailarines, actores, artesanos... Una forma de impulsarla es a través es el baile, las manualidades, la mímica, las acrobacias o la relajación.

VISUAL-ESPACIAL
Permite pensar en imágenes y ayuda a orientarse en el espacio y a reconocer las caras. Es propia de arquitectos, diseñadores, decoradores o jugadores de ajedrez. Se puede fomentar soñando, diseñando interiores, programando rutas y excursiones...

AUDITIVA-MUSICAL
Reconoce ritmos y patrones musicales, es sensible a los sonidos ambientales y las tonalidades de la voz humana. Es propia de cantantes, compositores y músicos y se puede potenciar cantando, silbando o aprendiendo a tocar un instrumento.

INTERPERSONAL
Permite reconocer los estados de ánimo, las motivaciones, deseos e intenciones de los demás, lo que favorece las relaciones sociales y la comunicación. Permite moverse con habilidad en sociedad. Se puede fomentar practicando la mediación de conflictos, aprendiendo a escuchar y a preguntar o practicando la asertividad.

INTRAPERSONAL
Es la capacidad de comprenderse a uno mismo y por ello hace referencia al autocontrol, la capacidad de reconocer las propias emociones, la manera de pensar y el propio estado de ánimo. Nos permite conocer cuáles son nuestras capacidades y límites. Podemos hacer que aumente trabajando nuestra autoestima y autocontrol, practicando la meditación profundizando en nuestro propio mundo emocional.

NATURALISTA
Está vinculada al disfrute del entorno natural. Favorece el contacto con la naturaleza y su respeto. Se puede fomentar teniendo una mascota, cuidando de un jardín, reciclando o realizando actividades en la naturaleza.

EXISTENCIAL
Permite captar y reflexionar sobre cuestiones vinculadas a la existencia humana. Sabios, religiosos y líderes espirituales la poseen. Se puede potenciar a través del estudio de la filosofía y de las distintas religiones o de la práctica de los derechos humanos.